Figura 1. Eduardo Gabe MD, PhD, FACC (1953-2020).

El 28 de marzo de este año, apenas habíamos finalizado el primer número de la revista, nos enteramos del fallecimiento repentino de uno de nuestros miembros del Comité Editorial, el Dr. Eduardo Gabe.

Con Eduardo nos conocimos en el Sanatorio Güemes a fines de 1979, donde empezamos a cultivar una relación de mutuo respeto y amistad.

Posteriormente, a partir de mi salida de esa Institución en el año 1986, nuestras vidas se separaron hasta que tuvimos el placer de incorporarlo al grupo de Cardiología Clínica del Sanatorio Otamendi, donde este acontecimiento repentino lo encontró a punto de hacerse cargo de toda el área de Consultorios Cardiológicos de la Institución.

Durante su paso por este Sanatorio toda la gente joven, tanto la Residencia de Cardiología como el staff clínico, disfrutó gratamente de su amplio conocimiento de la cardiología clínica y cirugía cardiovascular.

Si lo tuviese que definir en unas pocas palabras sus condiciones médicas, usaría algunas frases de otro cardiólogo clínico que compartió con él su formación en la Fundación Favaloro, el Dr. Pablo Stuzbach: “Fue entre otras cosas un extraordinario semiólogo”, definición que comparto totalmente.

Su largo currículum incluye una exitosa carrera en el Sanatorio Güemes y en la Fundación Favaloro, doctorado en Medicina (UBA), múltiples premios incluyendo Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires y Sívori de la Facultad de Medicina (UBA), y largas listas de colaboración en libros asi como trabajos originales y de revisión publicados en nuestro país y en el extranjero.

Mientras compartió con nosotros el área de Cardiología Clínica del Sanatorio Otamendi fue el motor del estudio de la enfermedad de takotsubo y donde tiene todo el mérito de una clasificación de esta.

Como parte del Comité Editorial de RACI, fue uno de los más activos tanto en producir trabajos como en su revisión y corrección.

Uno de sus más cercanos amigos, el Dr. Jorge Wisner, nos escribió estas palabras que comparto con todos los lectores:

“No es fácil para mí escribir algunas palabras tras tu fallecimiento porque ha sido tan súbito e inesperado que he quedado muy abrumado, pero quiero darte el último adiós agradeciéndote por la maravillosa amistad que nos profesamos durante más de 40 años. Nos conocimos en la Residencia de Hemodinamia del viejo Sanatorio Güemes a comienzos del año 1979 y rápidamente nació una amistad que se mantuvo incólume a través del tiempo; y a pesar de que la vida nos llevó por caminos diversos, los ocasionales distanciamientos nunca hicieron mella en nuestra relación. Vos desarrollaste una dilatada y exitosa carrera en el ámbito de la cardiología clínica mientras que mi vocación me llevó por otro camino. La muerte es un acontecimiento que nadie puede evitar, sin embargo es muy difícil de aceptar especialmente cuando un amigo tan cercano como tú tiene que marcharse. No tengo la menor duda de que te encontrarás en un muy buen lugar, fuiste una gran persona a la que todos extrañaremos.”

Querido Eduardo dejaste un recuerdo imborrable en todos los que te conocieron y donde sea que estés te vamos a extrañar mucho.

Descansa en paz

Alfredo E. Rodríguez MD, PhD, FACC, FSCAI

Editor en Jefe

Revista Argentina de Cardioangiología Intervencionista (RACI)

Este artículo no contiene material bibliografico

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Eduardo Gabe MD, PhD, FACC (1953-2020). In memoriam

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